“Durante la época navideña, los huaves del Istmo de Tehuantepec (Oaxaca) suelen ser visitados por un particular personaje y no es precisamente Santa Claus. El Chiapchiap büim llega y se dedica, loco de contento, a divertirse a costa de los miedosos. Esta bola de lumbre persigue a los noctámbulos, les brinca alrededor como si fuera un perrito, se esconde y sale de improviso detrás de las rocas o las barrancas para dar tremendo susto a quien lo vea: si tuviera cara seguramente ostentaría una enorme sonrisa al hacerlo. Los huaves aseguran que es inofensivo, que es sólo un difunto que viene a platicar y jugar con los vivos. Empero, no hay que establecer un contacto cercano con él porque si te aproximas demasiado puedes enfermarte de ‘espanto’.”
(Fantasmario Mexicano, Marcia Trejo, Editorial Trillas, p. 62-63)
No hay comentarios:
Publicar un comentario