miércoles, 17 de febrero de 2010
LAS ESTRELLAS
Los tepehuas de la Huasteca Veracruzana creen que el Sol - también llamado Wilcháan- es el encargado de proteger a la humanidad y regalarles múltiples dones. Sin embargo, el Sol no puede cumplir esta labor las veinticuatro horas del día ya que debe descansar para recuperar su energía. Durante el lapso en que el Sol se está reponiendo, las estrellas son las encargadas de proteger a los seres humanos. Así, desde lo alto están atentas a que nada malo vaya a sucederles así como de las piedras ya que es de todos bien sabido que éstas –cuando nadie las ve- se mueven despacito y después se transforman en tigres. Naturalmente, su nueva naturaleza se impone y no pueden –ni quieren- evitar dar caza a algún trasnochador que tenga la mala suerte de atravesarse en su camino. Si una estrella se da cuenta de esto, rápidamente dispara algunas flechas para evitar la tragedia; cabe añadir que éstas flechas son conocidas como aerolitos. Si llegas a ver uno de ellos atravesar el firmamento, agradece a las estrellas que están salvando alguna vida.
Por si lo anterior no fuera poco, las Sta’ku –como también se les conoce- son las encargadas de transportar la concepción desde el cielo hasta la tierra. Una vez que ha llegado el momento del parto, vuelven a hacer sentir su presencia. Es por eso que las parteras acostumbran enterrar junto a las raíces de algún árbol el cordón umbilical y la placenta. A los cuatro días, la partera lleva a la madre y al recién nacido al temascal para que el vapor los purifique, mientras esto sucede reza a las estrellas dándoles fervientemente las gracias por haber dejado que una nueva vida llegara a la tierra. Una vez que el baño ha concluido, la tradición dicta que hay que hacer una ofrenda de tamales y enterrar un huevo en la parte central de la choza, acto seguido se deja caer aguardiente en la tierra para que ésta la tome y conceda su perdón por haber sido ensuciada con restos del parto.
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