“Uno de los más terribles habitantes de los bosques mayas es el Che Uinic. Es un gigante enorme de cuerpo rojo. Sin embargo, pese a su gran tamaño no tiene huesos ni coyunturas. Razón por la cual, cuando tiene sueño se recuesta en el tronco de un árbol para dormirse, ya que si se acuesta le será muy difícil levantarse. Este Hombre de los Bosques tiene los pies al revés, los talones hacia el frente y los dedos señalando hacia atrás. Para ayudarse a caminar utiliza un bastón, que si uno se fija bien, es el tronco de un árbol.
La dieta de este gigante consiste básicamente en carne humana la cual, aparte de sabrosa, le resulta divertido obtener. Generalmente, su menú se compone de los caminantes que se pierden en sus dominios. Empero, es posible escapar del Che Uinic con facilidad. Basta arrancar alguna rama y ponerse a bailar y hacer malabares con ella. Lo cual invariablemente le provocará un incontrolable ataque de risa que lo hará caer y entonces el bailarín podrá marcharse tranquilamente, con la seguridad de que el gigante no podrá seguirlo.”
(Guía de seres fantásticos del México Prehispánico, Marcia Trejo, Editorial Vila)
Es curioso como este ser, tiene mucho parecido con la leyenda que circulo durante la colonización en México, de un ser mounstruoso, con las mismas características, pero con algunas diferencias, tales como tener el vientre abierto (haciendo que se le miraran los organos) y ser capaz de correr sin necesidad de un apoyo.
ResponderEliminarGracias por la información de tu "bestiario", me seran de mucha utilidad para continuar con mi investigación.