lunes, 17 de mayo de 2010

EL JUNCHUCH

“Este ser también es conocido como el Señor de la Noche. Su estatura es como la de un niño y tiene los pies al revés, es decir, los talones al frente y los dedos apuntando a la espalda. Aunque este detalle podría parecer hasta chistoso, resulta que es una estupenda forma de despistar ya que si uno cree que se está alejando de él, en realidad, lo que está haciendo es acercarse. Otra característica que lo distingue de cualquier otra criatura es que tiene los genitales tan grandes que, para poder caminar, tiene que ponérselos encima del hombro para evitar tropezarse.
Aparte de esta apariencia que puede resultar impresionante, el Junchuch tiene otro rasgo que lo hace temible: adora comer cerebros humanos.

Y hay que decir que es un excelente cazador. Conoce a la perfección la zona veracruzana. Ningún rincón le es desconocido. Obviamente, tal conocimiento le resulta de gran utilidad cuando busca su almuerzo.

Su táctica de cacería es simple pero eficaz. Se esconde entre las plantas, detrás de las piedras o en lo alto de los árboles. Con paciencia espera a que alguna persona solitaria pase por el lugar. En cuanto la ve, se prepara para el ataque. Todos sus músculos se tensan, su mirada se centra en la víctima, las ventanas de su nariz se dilatan y se arroja velozmente contra el individuo dejándolo tirado por el golpe. Antes de que el individuo pueda reaccionar, se trepa a su estómago, lo mata rápidamente y, entonces sí, despacito se dedica a comerle los sesos. Una vez satisfecha su hambre, se relame los bigotes y se retira de la escena del crimen con una sonrisa en los labios.

Cuando encuentran un cadáver sin cerebro en el lugar, todos saben que fue presa del Cha’to.” (Monstruos mexicanos, Marcia Trejo, Ed. Diana, p. 50-51)

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