sábado, 10 de abril de 2010

EL CADEJO



POR: Miguel Ángel Contreras

En la región de Soconusco, Chiapas, habita un ser espeluznante; un demonio en forma de animal, muy similar a un perro.

Éste se aprovecha de las personas por su aspecto de perrito cariñoso y juguetón, pero es toda una criatura malvada que sólo sale de noche. Al principio su imagen no es tan terrorífica, es sólo un simple perro, el cual sigue a los habitantes que caminan solas por la región.

Aquellas personas que perciben su presencia, por lo general, ven un perrito siguiéndolos, pero a medida que vayan caminando, ese perrito se va transformando en una bestia cada vez más feroz, con unos ojos saltones y rojos; en su hocico abundan cantidad de colmillos filosos y puntiagudos que con una sola mordida te arrancan la carne sin ningún problema.

Las personas dichosas que han escapado de este demonio en forma de perro, cuentan que llega a alcanzar el tamaño de un caballo o más grande, también dicen que de su hocico sale espuma y de su nariz echa fuego. A aquellas personas no tan afortunadas sólo se les llega a encontrar sus huesos bajo tierra, los cuales son enterrados por El Cadejo para después terminárselos por completo.

Al Cadejo le encanta el sabor de la carne humana, preferentemente de la gente que le gusta las fiestas y emborracharse, ya que difícilmente se dan cuenta de la transformación de semejante monstruo.

1 comentario:

  1. En la Guatemala colonial se creía también en un ser llamado "Cadejo", un perro negro de ojos rojo brillante, garras cortas y agudas que al caminar hacían un ruido como de cascos de cabra. Al igual que el cadejo de Soconusco, se aparecía de la nada, detrás de la gente, con la diferencia que el guatemalteco parecía cuidar a los ebrios y a las mujeres de los salteadores callejeros, o cualquiera que quisiera hacerles daño. El único problema es que si te lamía la cara, "perdías el camino". ¿Que os parece eso como "monstruo"?

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